¿Sabias que los edificios de oficinas son responsables del 40% del consumo energético mundial? De hecho, de acuerdo con datos de IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía), al ritmo actual de crecimiento, el consumo energético mundial se duplicará en 35 años y se triplicará en menos de 55.
Desde esa perspectiva, parece indispensable la implementación de
métodos destinados a incrementar la eficiencia energética, especialmente
en un contexto como el actual: por un lado, fomentando la conservación
del medio ambiente y por otro, reduciendo costes a las diferentes
organizaciones.
La mayor parte del consumo energético de una oficina se reparte entre
los equipos de iluminación y los sistemas de climatización. Existen
numerosos procedimientos para incrementar la eficiencia en la oficina
y, de hecho, hay muchos certificados que buscan homogeneizar y medir
los impactos del uso de recursos de una forma global.
Los certificados de eficiencia energética,
más habituales en el mundo anglosajón, se están extendiendo en nuestro
país y resto de Europa, ya que los propietarios y los inquilinos cada
vez son más conscientes de la necesidad de ahorrar costes a través de un
mejor uso de los recursos energéticos. Un ejemplo es la Torre
Iberdrola, en Bilbao, que ha obtenido el LEED Platino, el mayor reconocimiento dentro de este campo.
No obstante, también es importante que las empresas tengan en cuenta
determinados aspectos para aplicar la cultura del ahorro en el día a
día. Por ejemplo, el cargador de un portátil, si permanece enchufado,
consume unos 20 euros anuales en electricidad cuando no está siendo
utilizado. Usar papel reciclado, controlar los sistemas de
climatización, apagar todos los aparatos al finalizar la jornada laboral
etc. son acciones al alcance de cualquier compañía que ayudan a
alcanzar una actividad más sostenible.
Fuente: www.expansion.com/blog